
Objetivos
ZERO_WASTE es un proyecto cuyo principal objetivo es promocionar la inclusión social de las áreas rurales en el ámbito de la educación, utilizando contenido relacionado con la reducción del desperdicio de alimentos. De igual manera, también se dirige a mejorar el desarrollo profesional de los profesores mediante la creación de herramientas educativas de gamificación con contenido científico.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente un tercio de la producción global de comida para consumo humano se pierde o desperdicia cada año, lo que equivale a 1,3 millones de toneladas de comida. En la Unión Europea (UE), se estima que el desperdicio de comida es de alrededor de 89 millones de toneladas, lo que representa el 20% de la comida producida en la UE, con un coste asociado de 143 mil millones de euros. Esta situación resulta irónica en un mundo en el que más de 800 millones de personas sufren de malnutrición y donde aproximadamente 36 millones de personas en Europa no se pueden permitir una comida de calidad uno de cada dos días.
Reducir el desperdicio de alimentos es uno de los compromisos hechos por los países miembros de las Naciones Unidas (ONU) en 2015 tras la aprobación de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de todos como parte de una nueva sostenibilidad. En concreto, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12, relativo a la producción y consumo responsable incluye la meta 12.3 “Para 2030, reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per capita en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y distribución, incluidas las pérdidas posteriores a las cosechas.”
Pero la lucha contra el desperdicio de comida es una responsabilidad compartida del conjunto de la sociedad en su conjunto. A un nivel individual, el consumidor, como destinatario final de la comida, debe contribuir también a este fin y es esencial que los ciudadanos sean conscientes de las decisiones que hacen cuando gastan y consumen, que cambien sus actitudes y adquieran hábitos de consumo responsable. Es importante no olvidar la importancia de esta etapa de la cadena alimentaria, dado que es en los hogares donde se produce la mayor parte del desperdicio alimentario.